Tuesday, March 02, 2010

Olor a nada

No hace falta ser erudito
ni ser tanatólogo
ni haber leído a Sartre
para darse cuenta de esta muerte

el cigarro se acaba cuando dejas de fumarlo
esto es
no necesariamente hasta el filtro

otros labios pueden posarse sobre él
otros dedos aprisionar su cuello
otra existencia jugarse su aire
pero eso no es resucitar
eso es otra cosa
una cosa lejana a mis pulmones

esto acabó para mi lengua
por eso hablo de muerte
por eso vivo pensando en ella
en los maullidos pasados
en su olor
el nuestro entre balbuceos
cuando fuimos uno solo
la breve presencia del sueño
el olvido
un ahora
aparición absoluta

fuimos corrientes marinas
tormenta en colores
roce de placas
fuego alado
catarata infinita
caída en picada
hacia un infierno paraíso
mojados nos quemábamos
en éxtasis luminoso

vivimos y recorrimos todos los valles
todas las grietas de este lugar añejo
pintamos el pasto de verde amarillo
el cielo de un azul plata encandilado
recorrimos todos los aires
tu piel con la mía fuimos tierra
de nuestra superficie crecieron tantos bosques
tantas flores
tanta vida anidaron nuestras cortezas
porque fuimos río corrieron por nuestras venas tantos peces
tantos osos chapotearon en nuestra sangre
fuimos uno
dejando nuestras diferencias vivimos
en un instante
vislumbramos un mundo
en donde no existe la muerte

y ahora
al despertar de esa guerra sin enemigos
volvemos a nuestros cuerpos
al callado rincón del individuo

y al mirar el horizonte
vemos hasta más allá de las montañas
vemos lo que fuimos
recordamos
cada uno en su rincón
las hazañas del uno
la gloria de haber sido

ahora cuando es tarde
identificamos ese estado
ahora cuando es tarde
prontos a la agonía
miramos el espejo sin el otro
percatándonos de la muerte
el cigarro apagado
la piel sin frutos
el bosque en cenizas

un desierto fecundo inunda nuestras visiones
no hay ni olor a humo
no hay cuervos ni jotes
ni moscas ni gusanos

solo quedan

calladas

las colillas.

Ceguera lúcida

La vida no es más que una calavera con anteojos para el sol
una pregunta que se pregunta sobre la muerte
búsqueda de un lugar en el espejo
caótico baile reflejado en una lágrima
un no sé repetido hasta lo infinito
por las generaciones y generaciones del laberinto

A los sobrevivientes

Sobrevivir a una catástrofe
no por destino
tal vez por azar
caminar por un campo minado
con un grupo de 100
y no ser uno de los 99 mutilados

a este 1 no le queda más que follar y asesinar
las dos mejores cosas de la vida según Romeo Dolorosa
en esa escena de “Perdita Durango”
¡qué gran mujer esa Perdita!
y qué nombre tan frutal
como perita durazno

follar con Juliette Lewis en “Cabo de miedo”
sería estupro
no se compara con la misma en “Asesinos por naturaleza”
la prefiero a Beatrix Quido que sólo mata por venganza
además prefiero el negro al amarillo (pequeñas grandes sutilezas)

matar por placer
morir en el orgasmo
eyacular una bala
a eso se refiere el personaje de Bardem
asesina como Durango
pequeña femme fatal
Perdita Durango
como perdida en Durango México
para encontrarse al final sola en Las Vegas
tal vez como Nostradamus lloraba ante sus visiones
la asesina llora la muerte de su amado
sin poder salvarlo
Complejo de Cassandra diría la psiquiatra de James Cole en “Los doce monos”

una mexicana rodeada de putos gringos mamones
una inmigrante descendiente de los Aztecas
claro que son fetos mexicanos y los judíos y el jabón
claro que la vaca es sagrada en India y el Macdonals y el matadero
claro que la ley es cultura y el aborto y la pena de muerte
pero así y todo nos place reproducirnos mientras el mundo se cae a pedazos
disfrutamos una Big Mac viendo “Fast food Nation”
nos lavamos las manos con grasa de mamíferos
cuando podríamos hacer nitroglicerina con eso
y hacer un gran BUM diría Tyler Durden
como protesta a la hipocresía

como sea
yo no soy mejor
y aclaración de Tyler
“Somos todos parte del mismo montón de estiércol”
yo comía charqui mientras veía “La pasión de Cristo”
era como saborearle las entrañas
una comunión hiperreal
la magia del cine en 3D

de todas maneras
yo no habría matado al asesino como el detective David Mills
en “Los siete pecados capitales”
me hubiese comido sus brazos y sus piernas a lo Lecter
para luego darle un puesto como catedrático en la Alberto Hurtado o en la Santo Tomás o bueno
en una esquina de algún barrio ignorante de la Moral Cristiana
aunque por cierto
la lengua es un plato exquisito
por eso digo
comer
beber
follar
matar
son las aristas del cuadrado
los cuatro jinetes del Apocalipsis
donde hambre es comer
beber es victoria
follar es guerra
muerte es matar
acción y padecimiento
infecto y enfermo
mato y muero
enseño mientras ignoro
o todo al revés
o de cualquier forma al cubo
o quémalo
o tal vez sea mejor ser uno de los 99
mutilado y creyente
muerto y santo mártir
y al final siempre una pregunta
¿cómo saberlo si no se sobrevive?