Taco en la ciudad
Lo que significa un taco para una ambulancia
puede tal vez
ser incomprensible para ella
esa urgencia con la que mueren los enfermos terminales
puede tal vez
no requerir comprensión
sino
total resignación
pues los autos no se mueven
y es incierto
si en algún futuro
volverán a moverse
digo
es cosa de imaginarse un auto
en una calle o avenida
repleto de otros autos y camionetas y ambulancias
todos haciendo ruido
accionando sus bocinas
que hablan en ese lenguaje primitivo
de agudas y graves repeticiones
es de esperar
pasado un buen rato (una hora o diez años)
ya nadie acciona nada
los conductores bajan de sus dispositivos de desplazamiento
para caminar
para explorar qué sucede
de una ambulancia bajan tres hombres con un tipo en una camilla
van a trote
dos sujetan la camilla con dificultad
el tercero corre a la par con éstos
llevando un tubo de oxígeno
entre todo este alboroto de autos y gentes
un sujeto va hacia la vereda
cansado de esperar
se sienta
se estira en el suelo
duerme en una ciudad detenida
un lugar repleto de máquinas
kioscos/ oficinas/ estacionamientos
saturada de gases ineructables
dispares sonidos/ olor a tubo de escape y alquitrán quemado
el hombre se sienta/ se estira
sueña con ella
su actitud displicente
sus ojos perdidos
a su piel nada parece importarle
ella podría caminar entre cadáveres de niños índigo
podría atravezar una violenta carretera
sin mirar hacia los lados
leyendo crónica policial
él la sueña
la admira
disfruta de su seriedad
su silencio
su falta de interés sin amargura
se exalta el corazón del soñador
y sufren sus pupilas
pues ella jamás las verá
nunca girará su cabeza
ni por un choque
ni por una ambulancia en un taco abismante
ni por un enfermo terminal
porque ella es el virus inherente a su sangre
es ella la pandemia en sus poros
una enfermedad incurable
incomprensible
ineludible
pues como un taco en una calle cualquiera
no importa cuántas veces toques la bocina
a veces
simplemente
no avanza
a veces
todo se detiene
y nada queda
más que la total resignación.
puede tal vez
ser incomprensible para ella
esa urgencia con la que mueren los enfermos terminales
puede tal vez
no requerir comprensión
sino
total resignación
pues los autos no se mueven
y es incierto
si en algún futuro
volverán a moverse
digo
es cosa de imaginarse un auto
en una calle o avenida
repleto de otros autos y camionetas y ambulancias
todos haciendo ruido
accionando sus bocinas
que hablan en ese lenguaje primitivo
de agudas y graves repeticiones
es de esperar
pasado un buen rato (una hora o diez años)
ya nadie acciona nada
los conductores bajan de sus dispositivos de desplazamiento
para caminar
para explorar qué sucede
de una ambulancia bajan tres hombres con un tipo en una camilla
van a trote
dos sujetan la camilla con dificultad
el tercero corre a la par con éstos
llevando un tubo de oxígeno
entre todo este alboroto de autos y gentes
un sujeto va hacia la vereda
cansado de esperar
se sienta
se estira en el suelo
duerme en una ciudad detenida
un lugar repleto de máquinas
kioscos/ oficinas/ estacionamientos
saturada de gases ineructables
dispares sonidos/ olor a tubo de escape y alquitrán quemado
el hombre se sienta/ se estira
sueña con ella
su actitud displicente
sus ojos perdidos
a su piel nada parece importarle
ella podría caminar entre cadáveres de niños índigo
podría atravezar una violenta carretera
sin mirar hacia los lados
leyendo crónica policial
él la sueña
la admira
disfruta de su seriedad
su silencio
su falta de interés sin amargura
se exalta el corazón del soñador
y sufren sus pupilas
pues ella jamás las verá
nunca girará su cabeza
ni por un choque
ni por una ambulancia en un taco abismante
ni por un enfermo terminal
porque ella es el virus inherente a su sangre
es ella la pandemia en sus poros
una enfermedad incurable
incomprensible
ineludible
pues como un taco en una calle cualquiera
no importa cuántas veces toques la bocina
a veces
simplemente
no avanza
a veces
todo se detiene
y nada queda
más que la total resignación.